Códice vigiliano con las imágenes de la reina Urraca Fernández, esposa de Sancho Garcés II (Abarca) rey de Nájera, Pamplona y Álava, del propio rey Sancho, y de Ramiro Garcés I rey de Viguera y Leza. Wikipedia.
ANTECEDENTES.
No deja de ser anecdótico que uno de los pocos reinos medievales cristianos de la península, estuviera situado nada menos que aquí. Pero para explicar su existencia efímera, eso sí, pues solo duró 60 años, lo primero de todo es situarse en una época anterior.
El valle del Iregua estuvo habitado desde siempre. Antes de la llegada de Roma, se tiene constancia en la zona de la existencia de tribus bárbaras y de bandidos que campaban a sus anchas por toda la región. Fueron los romanos los que construyeron un ramal de la Via Caesaraugusta-Vareia-Tritium que conectaba Vareia con Numancia, una vía secundaria probablemente llamada Via Silvania, que atravesaba Viguera y donde establecieron un Castellum, o pequeño campamento militar permanente. No olvidemos la situación geográfica de privilegio de Viguera y su dominio estratégico sobre el valle, por un lado, y como puerta de entrada a la sierra, por otro. Si había que elegir un punto de vigilancia, tenía que ser este. No conocemos con exactitud todo el trazado de la vía romana original, pero sí que está demostrado con creces que ésta pasaba por Viguera. Con los romanos habían llegado el primer asentamiento permanente y con él la Pax Romana y la civilización. Más tarde llegaron los visigodos, hay evidencias que incluso el mismo Leovegildo puso por un pequeño periodo su chancillería en Viguera tras destruir la ciudad de Cantabria, situada probablemente en los suburbios de la actual Logroño. Como ya es del dominio público, no hace demasiado tiempo que el equipo de arqueólogos que excava el Castillo de Valdemetria ha encontrado tumbas de esa época, incluso una iglesia totalmente perimetrada. Además, en la zona de San Esteban existían varios pequeños monasterios fortificados, porque seguía habiendo bandidos. Pero todo cambió cuando llegaron los árabes en el 711. En un tiempo récord se hicieron con casi toda la península y prácticamente sin oposición. Pasaron por estas tierras rumbo al norte e Inmediatamente se dieron cuenta de la importancia estratégica de Viguera y de su entorno y, tras conquistar con facilidad la fortaleza entonces existente y reforzarla, se establecieron aquí durante más de doscientos años y así fue hasta que en el 923 la coalición de los dos reinos cristianos más importantes y sus reyes, Ordoño II de León y Sancho Garcés I de Pamplona atacaron Nájera y Viguera arrebatándoselas a los Banu Qasi, una familia de nobles visigodos renegados convertidos al Islam que gobernaban en Viguera y en gran parte del territorio que ahora conocemos como La Rioja. Así pues Nájera y Viguera pasaron desde ese momento a formar parte del reino de Pamplona. De Pamplona no de Navarra, dos conceptos muy diferentes y alejados en el tiempo. A partir de ese momento, Viguera se transforma en una fortaleza militar importantísima con una situación estratégica fuera de toda duda y Nájera en la nueva capital del reino de Pamplona donde ya reina el hijo de Sancho Garcés I: García Sánchez I. El siguiente suceso en el que debemos fijarnos es aquel en el que el rey García repudia a su esposa, hecho posible según el derecho godogermánico vigente la época. Hay que explicar que la entonces reina, Andrégoto Galíndez, era la hija del conde de Aragón y que todavía faltaba mucho para que Aragón se transformara en reino y, aunque los derechos legítimos de sus hijos se conservan, el matrimonio se da por extinguido. Parece que el motivo alegado por García fue la del parentesco (eran primos). Teresa Ramírez, la nueva reina, es la hija del rey de León, la otra potencia cristiana peninsular. No había color. Pero también la nueva reina le da hijos a García y aquí se plantea una cuestión de sucesión. El rey García no podía desheredar a Sancho (Sancho Garcés II, Abarca), el primogénito de Andrégoto su primera mujer, porque es un hijo legítimo y además el mayor, pero la actual reina presiona a su esposo para que Ramiro, el hijo mayor de ésta, sea también rey. Así pues, tras la muerte de García Sánchez I en el 970, el reino es dividido: Sancho hereda el reino de Pamplona, cuya corte ya estaba establecida en Nájera por motivos de seguridad (Pamplona había sido atacada repetidamente y sus murallas destruidas por los musulmanes) y para Ramiro (Ramiro Garcés I), se crea un reino nuevo: el reino de Viguera y Leza, con una extensión desde el río Ebro hasta bien entrada la actual provincia de Soria, abarcando también los actuales valles del Iregua y Leza, las comarcas de los Cameros Nuevos y Viejos y el valle del Jubera. Al norte del Ebro reinaba Sancho y al Sur Ramiro. Por otra parte, la vinculación del reino de Viguera a Nájera, denominado ya reino de Nájera, Pamplona y Álava, está fuera de toda duda. Ambos hermanos, reyes y camaradas, cabalgaban juntos, fundaban monasterios juntos y así aparecen en los códices, con su reina y también con su hermano, también rey.
No olvidemos reseñar que además Ramiro, que ya tenía 27 años para entonces, era un militar consumado, formado como tal en León y avezado capitán de los ejércitos de Pamplona y todo esto antes de ser coronado rey. Posiblemente esta es la otra razón de la creación del reino de Viguera, la militar. Además, la situación de Viguera y su situación de cortafuegos protector de Nájera, la nueva capital, y que en Viguera nunca hubo palacio sino fortaleza, le da además un carácter principalmente castrense. Es decir, en Nájera estaba el rey, los nobles, el obispo, es decir, la corte. Por el contrario, en la fortaleza de Viguera estaba acuartelado lo mejor del ejército. En la imagen extraida del códice vigiliano, es Ramiro el que aparece con armas y no Sancho. Ramiro era rey de Viguera, pero además también era señor de Sos, Navardún y Apardués, entre otros lugares, que era donde prefería ir a cazar y descansar. La corte estaba a salvo en Nájera, con el reino militar de Viguera por delante y el condado de Castilla, perteneciente al reino de León, por detrás. Los dos reyes-hermanos y el resto de la familia con una estrecha relación y además Teresa había conseguido que su hijo Ramiro también fuera rey. Todos contentos.
RAMIRO GARCES I, PRIMER REY DE VIGUERA (970-981).
No abundan los datos del primer rey de Viguera, pero los que hay son fidedignos y apasionantes. Ramiro fue coronado rey de Viguera y Leza en el 970, a los 27 años de edad, al mismo tiempo que su hermanastro Sancho Garcés II Abarca heredaba el reino de Pamplona y quedando bajo su imperio. La madre de Sancho, la aragonesa Andrégoto Galíndez, había accedido a la anulación de su matrimonio con su primo García Sánchez I de Pamplona a los cinco años de celebrarse, a cambio de asegurarse que su primogénito Sancho fuera erigido rey. Por eso Teresa Ramírez, la segunda esposa de García Sánchez I, hija del rey Ramiro II de León y madre de Ramiro Garcés, sabía que sus hijos nunca heredarían Nájera/Pamplona y por eso trabajó para crear un nuevo reino para su primogénito.
Hay autores que defienden el comienzo de este reinado en 972, que es cuando aparece en las crónicas por primera vez como rey de Viguera y, por el contrario, quien prefiere pensar que fue rey en cuanto su padre falleció y el reino fue repartido entre su hermano Sancho Garcés II (Abarca, que era la denominación coloquial de los miembros de la dinastía Jimena) y él mismo en el mismo 970. Esta última opinión es mayoritaria entre los historiadores, no por que existan documentos que así lo acrediten sino por el sentido práctico respecto a lo que a las herencias se refiere, dado que los reyes eran nombrados inmediatamente después de fallecer el anterior. La cuestión es atractiva para los historiadores, pero fuera de ese ámbito no es demasiado trascendente.
Teresa tuvo otros tres hijos Teresa, Jimeno y Urraca. Jimeno fue enviado a Córdoba como rehén, una práctica habitual de la época para asegurarse el cumplimiento de los tratados de paz.
Todos ellos sabían de su papel en la historia, de otra manera no se entendería la buena relación entre las dos ramas de la familia.
Ramiro estuvo casado, pues tuvo tres hijos legítimos, los dos varones que le sucedieron como reyes y otra hija llamada Toda, sin embargo, no se conoce el nombre de su reina. Si hay algo que llena de encanto a todo lo que rodea al reino de Viguera son algunas lagunas, que como esta, invitan a soñar.
Desde su conquista en 923, la ciudadela de Viguera tenía un gran prestigio entre los pamploneses y mozárabes descendientes de los visigodos que de allí procedían y como hemos dicho, desde su creación, el reino de Viguera tuvo un carácter básicamente militar, para consolidar y mantener la región frente a las acometidas musulmanas. Era un reino autónomo militarizado.
Ramiro aparece en las crónicas árabes con el sobrenombre de Naqtal-Arus, que hace referencia a su tez morena.
En el 973 el tenente de Viguera es Eneco Blasconis, lo que quiere decir que el rey Ramiro tenía su gobernador y él se dedicaba a descansar en Sos, que era uno de sus señoríos, o a batallar.
El 6 de julio del 975, participó en la batalla de Estercuel donde se enfrentó a El Tuchibi Abd Al-Rahman Ibn Yahyá al-Tuyibi, caid de Zaragoza. Al regresar de Gormaz, Ramiro le cortó la retirada desde Sos con 500 caballeros y le persiguió con 200 de ellos hacia Tudela, cayendo en una emboscada cerca del río Ebro y pereciendo una treintena de ellos. Según las crónicas árabes, entre los muertos estaban algunos de los lugartenientes de Ramiro: Iñigo Velasco, Iñigo Galindo y García Salit. Ramiro resultó gravemente herido, aunque esta vez consiguió recuperarse.
En el 976 el escriba Vigila en Albelda, importantísima población situada dentro del reino de Viguera, finaliza el Códice Albeldense que contiene una miniatura del rey Ramiro. En el códice también se nombran a los dos hijos varones del rey, Sancho y García, que además terminaron siendo los otros dos reyes de Viguera.
La vida de Ramiro finalizó en duro combate sostenido el 9 de julio del 981, a los 37 años de edad, en tierras sorianas junto a la aldea y castillo de Torrevicente, entre Atienza y Gormaz. El rey de Viguera junto a García Fernández, conde de Castilla, y a tropas mercenarias leonesas ayudaban a Galib frente a Almanzor, que por otro lado eran suegro y yerno, una guerra por el poder entre musulmanes. En plena batalla Galib falleció por causas naturales y el ejército que comandaba huyó en desbandada. En cuanto Almanzor se dio cuenta de lo que había pasado y que había vencido ordenó perseguir a todos cuantos habían combatido al lado de su suegro. Las fuerzas cristianas se refugiaron en el castillo de Simancas donde fueron pasadas a cuchillo, siendo el conde de Castilla el único que milagrosamente consiguió salvar su vida. Mientras tanto, Almanzor lleno de odio y con una insaciable sed de venganza, ordenó atacar Viguera y no dejar piedra sobre piedra. Afortunadamente la población pudo escapar pero Viguera quedó destruida.
Hay que destacar que ninguno de los dos principales caudillos cristianos, los reyes Sancho Garcés II de Nájera, Pamplona y Álava y Ramiro III de León, tomaron parte directa en la batalla y por ello pudieron negociar posteriormente un tratado de no agresión con Almanzor. Era la forma de la época de hacer política.
Así que Sancho Ramírez I, el hijo mayor de Ramiro y su sucesor, heredó la dignidad, el título de rey y una población en ruinas. No obstante, la relación de la rama viguereña de la dinastía Jimena con Sancho Garcés II, del cual dependían, siempre fue muy buena. Así que la familia de Ramiro Garcés se estableció en Nájera mientras Viguera era reconstruida. Con el tiempo, Viguera volvió a ser una destacada fortaleza militar y a albergar una importante guarnición con lo mejor del ejército, pero el reino había entrado en declive. En la práctica, la soberanía efectiva y la plena autonomía militar no se prolongaron más allá del reinado de Ramiro Garcés I.
Nájera, donde desde hace años estaba establecida la corte del reino por las repetidas acometidas musulmanas a las defensas de Pamplona, era mucho más apetecible además de para la corte para las minorías judía y extranjera, sobre todo francos, allí asentadas. Estaba modélicamente urbanizada desde la época árabe, también acogía la sede episcopal y había un floreciente comercio. Por todo ello, era más atractiva para retener a las gentes que dinamizaban la vida económica (campesinos, artesanos y comerciantes), mientras que Viguera se quedaba como un gran recinto militar rodeado de atalayas, muros y defensas, y donde quedaba establecida permanentemente una gran guarnición.
Ramiro Garcés era, además de rey de Viguera, señor de Sos, Navardún y Apardués villas que, a cambio del privilegio de ser enterrado en San Salvador de Leyre, fueron dadas en testamento al monasterio.
SANCHO RAMIREZ I, SEGUNDO REY DE VIGUERA (981-1002).
Sin embargo, Almanzor no se quedó en la zona, por lo que no hubo dominación musulmana posterior. Así que el hijo mayor de Ramiro, Sancho Ramírez, heredó la dignidad y el título de rey aunque el reino había quedado semidestruido. Sancho Ramírez tenía 8 años cuando le hicieron rey. Se refugió en Nájera con el resto de su familia mientras Viguera se reconstruía. La relación de la dinastía viguereña con el rey de Nájera/Pamplona del cual dependían siempre fue muy buena. Tampoco sabemos el nombre de su madre, como ya se ha dicho más arriba, ni tampoco de su esposa, que por lo visto la tuvo, aunque tampoco conocemos su nombre y parece que tuvo una hija bastarda. El caso que no tuvo descendencia legítima y tras morir con solo 24 años, el reino pasó a su hermano García.
GARCÍA RAMÍREZ I, TERCER REY DE VIGUERA (1002-1030).
Hermano del anterior y tercer rey de Viguera. Si el anterior murió con 24 años, este se convirtió en rey algo más joven, pero no mucho. Aproximadamente con unos 22 años. Por lo menos no era un niño cuando le hicieron rey. Se casó con una noble de Nájera llamada Toda y tuvo descendencia solo femenina. Fueron dos chicas llamadas Toda y Fronila. Así que, al no haber descendencia masculina, fue el yerno de Toda (la mayor) el que heredó Viguera. Sí, ¿pero qué título heredó?
FORTÚN SÁNCHEZ. PRINCEPS DE VIGUERA (1030-1054).
Es el famoso yerno del rey anterior y un importante personaje de la corte de Nájera. Dos de sus hermanos habían sido señores de Nájera antes que él: Iñígo (o Eneco) Sánchez, entre 1011 y 1022 y Aznar Sánchez (hasta 1025). Fortún tuvo varias tenencias, incluyendo Grañón (que como curiosidad estaba dentro del condado de Castilla y no del reino de Nájera por aquel entonces), Punicastro, Peralta, Arlas, Falces y Sangüesa, además de Nájera. Fue hermano de leche, compañero de infancia y hombre de confianza del rey Sancho Garcés III el Mayor, que le nombró el 14 de mayo de 1030 Princeps de Viguera, que era un gran honor pero que no deja de ser una dignidad menor que la de rey. Otra muestra de la amistad entre ambos: en 1033 es nombrado oficialmente Colleganeus regi (amigo del rey), su mano derecha. También fue llamado Bono Patre (padrino), Aitona, Ayo o Eitán (tutor) de García el de Nájera, hijo y sucesor de Sancho el Mayor, junto a quien falleció en la batalla de Atapuerca en 1054, combatiendo al hermano de García, Fernando I de León; tratando de protegerle con su cuerpo, según dice la leyenda. Se dice que también tuvo una hija fuera del matrimonio. Lo que es seguro es que no tuvieron hijos varones legítimos, por lo que, este fue el fin de la línea viguereña de la dinastía Jimena y el reino, o lo que fuera entonces, y a partir de ese momento Viguera y sus tierras pasaron a depender directamente de Nájera/Pamplona.
La otra hija de García Ramírez I era Fronila (o Fronilde) y en 1054, tras la muerte de su cuñado Fortún, redacta su propio testamento en el que declarándose hija del rey Don García Ramírez de Viguera y de Doña Toda, dona sus posesiones en Torilla, cerca de Logroño, con su palacio, casas, viñas y molinos, al monasterio de Santa María la Real de Irache en Estella, además de mencionar en el mismo texto a una hermana ilegítima que había pecado con un hermano: ego Fronila moriente (…) sorore mea peccauit et fornicata est cum fratre suo. Una explicación pudiera ser que su padre tuviera una hija con otra mujer que a su vez ya tenía un hijo, aunque nadie pueda saberlo a ciencia cierta.
Posiblemente llevados por la pasión, algunos autores consideran a Fortún Sánchez como el cuarto y último rey de Viguera, pero este extremo no está recogido en ningún documento de los encontrados hasta ahora. Sin embargo, no deja de ser un personaje fascinante que tenía todos los títulos, nombramientos y dignidades que hemos mencionado, incluso la de Princeps, pero no la de rey.
¿Y QUÉ FUE DE VIGUERA DESPUÉS DEL REINO?
Respecto a las tierras de lo que un día fue el reino de Viguera, estas pasaron a depender directamente del nuevo rey de Nájera, Pamplona y Álava: Sancho Garcés IV, el noble, que fue coronado a los catorce años en Atapuerca en el mismo campo de batalla donde su padre, García Sánchez III (García el de Nájera), acababa de morir junto a Fortún Sánchez de Viguera.
Sancho Garcés IV, el noble, fue el último de los reyes de Nájera. Tras su muerte a manos de sus hermanos Ramón y Ermesinda en 1076, la corte terminó por volver a establecerse en Pamplona.
Estefanía de Foix, la viuda de García el de Nájera, recibió Viguera y los dos Cameros de manos de su hijo Sancho, pero ya como señorío. En su testamento de 1060, Nalda, Zorzano y Luezas son nombrados barrios de Viguera.
Años después, en 1133, el ya señorío de Cameros, trasladó su capitalidad a Torrecilla y en 1366 a Nalda, primero con la familia de los López Díaz de Haro y después con la de los Ramírez de Arellano.
Desde el fin del reino en el siglo XI, la consolidación más o menos definitiva de las fronteras territoriales entre el condado de Castilla y el reino de Nájera/Pamplona hizo perder a Viguera gran parte de su importancia estratégica anterior, aunque siempre se mantuvo como una plaza militar de primer orden pasando, sin embargo, a un segundo plano político, económico y cultural. Esta situación se acentúa tras la anexión castellana de 1076 y continúa después.
El reino de Viguera tuvo una duración efímera pero su existencia y la importancia militar de su plaza contribuyó a que la historia de España se desarrollara tal y como la conocemos hoy, dando estabilidad a la configuración de los reinos posteriores. Mucha historia para un reino tan pequeño.
Urna. Panteón real. Cripta del monasterio de Leyre. Donde, entre otros, se conservan los restos de Ramiro Garcés I de Viguera.